VIERNES / FRIDAY 06.10.2023
15:30 – 16:00 h
Cuando un subrayado se encuentra con otro subrayado, algo sucede, una coincidencia de vasos comunicantes. La superposición de tres lecturas de La edad de merecer, de Berta García Faet, componen esta pieza.
La pieza parte de tres libros leídos y subrayados en tiempos y ejemplares diferentes por tres lectoras: tres lecturas de un mismo título. Tengo tres libros. Uno corresponde a la lectora uno (Rubio De Marzo). Otro a la lectora dos (Lara Moreno). Y otro a la lectora tres (Isabel Mellado). Los tres libros están subrayados. Junto las tres lecturas como si tendiera una partitura sobre una mesa. Compro un cuarto libro igual: un ejemplar no leído, nuevo, virgen de todo rastro lector. Bordo con aguja e hilo los subrayados de la lectora uno en rosa, los subrayados de la lectora dos en naranja. Y los de la lectora tres en índigo. Son los colores de una pintura en una pared desconchada a la intemperie, de una lectura que confluye desde la médula. Abro el cuarto libro subrayado tres veces tres con hilo.
Veo vestidos de colores que se caen, veo desmigajar tridireccionalmente, veo la suma de hechos y pájaros, veo un desnudo, veo besos de a dos y de a tres, veo estrías en el deseo, veo puntos y suturas, veo cicatrices, marcas de corte. Veo heridas que emanan su propia luz. Veo una prórroga, veo la espera de quien llora, veo lianas robustas capaces de sostenerse unas a otras, veo extrañamiento y habitaciones borrosas, veo que toda educación sentimental es básicamente lingüística, veo cactus tartamudear, veo un número de veces impar, veo vencejos trisílabos, veo una fiesta y el centro de la fiesta donde hay otra fiesta. Veo cuerdas que convergen y bailan. Veo la edad de merecer y veo empezar de nuevo. Y me veo sonreír ante tal coincidencia.
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When an underline meets another underline, something happens, a coincidence of communicating vessels. The superposition of three readings of La edad de merecer, by Berta García Faet, make up this piece.
The piece is based on three books read and underlined at different times and in different copies by three readers: three readings of the same title. I have three books. One corresponds to reader one (Rubio De Marzo). Another to reader two (Lara Moreno). And one for reader three (Isabel Mellado). All three books are underlined. I put the three readings together as if I were laying out a score on a table. I buy a fourth book in the same way: an unread copy, new, untouched by any trace of reading. I embroider with needle and thread the underlines of reader one in pink, the underlines of reader two in orange. And those of reader three in indigo. They are the colours of a painting on a chipped wall in the open, of a reading that comes together from the marrow. I open the fourth book underlined three times three with thread.
I see coloured dresses falling off, I see three-way crumbling, I see the sum of facts and birds, I see a nude, I see kisses in twos and threes, I see stretch marks in desire, I see stitches and sutures, I see scars and cut marks. I see wounds that emanate their own light. I see an extension, I see the waiting of those who cry, I see sturdy vines capable of supporting each other, I see estrangement and blurred rooms, I see that all sentimental education is basically linguistic, I see cactuses stuttering, I see an odd number of times, I see trisyllabic swifts, I see a party and the centre of the party where there is another party. I see strings converging and dancing. I see the age of deserving and I see beginning again. And I see myself smile at such a coincidence.